7 sept 2019

09 / Boquitas pintadas (Song for Abdullah)

It is necessary to any originality to have
the courage to be an amateur. 
Wallace Stevens


Desde hace varias semanas, quizás un par de meses, a lo mejor más, me esfuerzo sobre un texto en el que dos tipos caminan por una ciudad argentina hablando de un libro que uno leyó y el otro no. La deriva de la narración no tiene importancia, aunque abunda en detalles (es los detalles), porque se convirtió en una excusa evidente para relatar un instante, que fue verdadero, y lo más probable es que haya pasado desapercibido para uno (y no para el otro). A pesar de que no se conocen demasiado, los tipos caminan con aire tranquilo, algo que empuja la escena hacia el lugar común de que podría haber, entre ellos, una amistad de años; eso se sostiene apenas en la manera coordinada en la que bajan de la vereda para cruzar la calle: ambos con el pie izquierdo primero y con una zancada parecida, a pesar de que uno es un poco más alto que el otro. No es relevante eso aquí, tampoco las circunstancias del encuentro ni las condiciones particulares de la caminata sino solamente la rareza de que pueda existir un diálogo alrededor de un libro que de alguna manera se comparte pero que uno leyó, y el otro no. Tampoco se trata de remedar el texto en curso, cuyo destino probablemente sea el fracaso previsible de lo inacabado, sino de hacer el intento por dar cuenta de una zona que queda afuera de la ficción o, mejor, que la ficción no puede asegurar.

20 abr 2019

Juan José Becerra [El artista más grande del mundo]

Juan José Becerra, El artista más grande del mundo, Buenos Aires, Seix Barral, 2017; 296 pp. 
El orden de las citas es, por supuesto, arbitrario y no se corresponde, necesariamente, con el sentido de lectura, suponiendo que hubiera alguno. 

[p. 148] Después descubrí que escribir es lo contrario de pensar y que el pensamiento debe desprenderse de la escritura, o de la voz, como gotas que se desprenden de un deshielo, pero nunca precederla. El caballo es la escritura y el carro el pensamiento. Me dan pena los escritores que anotan en su bitácora el futuro de sus personajes, los planos de los capítulos, todos los elementos de una «evolución». Es la novela la que tiene el plan para el escritor, y ese plan es el desastre formal. 

[p. 216] Al menos no en una novela que se escriba hoy, cuando el lector de novelas se ha vuelto cada vez más idiota, cada vez más «niño», cada vez más incapaz de relacionarse con la experiencia de leer que no es otra cosa que la experiencia de esperar, ese tipo de lector aborrecible que ya nunca más logrará distinguir el régimen de la ficción artística de la transmisión de noticias.

[p. 230] ...es necesario rescatarlo para que enfrente al único desafío que debe asumir un escritor: contar lo que desconoce.
    La lengua con la que se cuenta lo ignorado viene sola con la sorpresa que la trae, entra a la literatura y se comoda, y de ella sólo valen las vibraciones internas ya que no el estilo, que es cosa de boludos.

[p. 196] Es una «pérdida». Hace rato que la literatura no tiene un destino, y no tiene un destino porque es el arte menos snob en la historia de la humanidad. La literatura te pide un tiempo que no se puede dar: ya no. Digámoslo así: ya nunca más. [...] Pero la literatura se mete con la vida, es decir que vos das tiempo y tenés literatura, y si no se lo das no la tenés. Es una relación que hay que asumir. Entonces, ¿qué pasa? Pasa que nadie quiere hacer esa inversión.