15 mar 2016

Enrique Butti [La daga latente]

Enrique M. Butti, La daga latente, Buenos Aires, Colihue, 2006; colección “Nave Madre”, dirigida por Elvio E. Gandolfo; 110pp.
Con paciencia, con empecinamiento, el Negro Ordóñez le explicaba al Cieguito el fenómeno de las sombras.
     Si no hay ninguna luz, todo es sombra, no se ve nada, todos somos ciegos como vos. Si aparece una luz, la sombra se acurruca atrás de cada cosa. Si hay luz fuerte y alta —la luz más fuerte y alta es la del sol del verano al mediodía— la sombra se esconde abajo de toda cosa y espera, sabiendo que lleva las de ganar.
     Abajo y adentro de toda cosa siempre hay sombra, a menos que ahí abajo o ahí adentro se encienda una luz. Pero siempre hay un más abajo para la guarida de las sombras.
     Hay cosas que se llaman transparentes, como ser el agua limpia, el vidrio y algunas telas.
     Las cosas transparentes dejan pasar la luz y no echan sombra.
  El Cieguito entendía de todo esto lo que quería. No dejaba de asombrarlo que uno arrastrase sombras sin darse cuenta. [p. 11-12]

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